Vecindarios y fiscalidad

La principal finalidad que tenían los censos era gestionar el cobro de los impuestos, ya fueran ordinarios o extraordinarios. Por esta época, los censos no contaban personas individuales, sino vecinos. Una unidad de medida ciertamente compleja si se quiere extrapolar a habitantes, ya que depende del número de personas que componían el hogar o unidad familiar. Durante este siglo, la población de Villel fue aumentado, de unos 100 vecinos con los que contaba a finales de los años veinte, a 140 vecinos que sumaba a finales de siglo. Esta relación entre vecinos y personas puede situarse del 1:3,5 al 1:6, aunque el más comúnmente usado sea el 1:4,5 (Kagan, 1994). Este valor puede depender de tantos factores (temporal, geográfico, económico, cultural…) que se ha de tomar como una mera orientación y grandes rasgos. Las investigaciones más recientes hacen tender a la baja estos índices de correlación.

En la Edad Moderna se cuenta con las relaciones llevadas a cabo por Carlos I (1528), el obispado de Sigüenza (1587), Felipe II (1591) y Felipe IV (1631), a parte de los libros sacramentales de la iglesia de Villel de Mesa.

1528. Censo de vecinos pecheros en la Corona de Castilla

La realización de este censo fue ordenada por Carlos I con el propósito de actualizar el número de vecinos pecheros de la Corona de Castilla, y que estaban obligados al pago de los Servicios a Su Majestad; quedaban excluidos la Nobleza y la Iglesia. En cada intendencia (antigua división territorial, equiparable al término provincia) dos comisionados recorrían pueblo por pueblo revisando los padrones de pecheros y anotando la cáñama o importe que debía pagar la localidad, en base a una estimación de las ganancias, rentas, necesidades y forma de vida del conjunto de sus pecheros.

Villel se enmarcaba en la intendencia de Cuenca. Ésta abarcaba gran parte de la provincia actual, el territorio oriental de Guadalajara y porciones de Valencia, Albacete y Murcia. Según la transcripción publicada por el INE [182], a Villel (Viller en el manuscrito original) se le asigna una contribución de 8.000 maravedís, que en el año del censo no pagó, y un recuento de 100 pecheros; por lo que la cuota por pechero resultó de 80 maravedís. Dicha publicación establece una tasa o ratio de confort en base a la comparación de la cuota por pechero de la localidad con la media de la intendencia, para así obtener una una medida estadística del bienestar del grupo, o si se prefiere, del confort que le asiste. En el caso de Villel de Mesa, el ratio de confort es de 65,95 (donde 100 es la media de la intendencia), catalogado como «con penurias».

Si comparamos con las poblaciones limítrofes castellanas: Algar, 33 pecheros; Amayas, 27 pecheros; Iruecha, 37 pecheros; Labros, 33 pecheros; Mochales, 59 pecheros.

Si ya es complejo tratar de hacer una estimación de población a través del número de vecinos, en este caso se le añade que el conteo es de vecinos pecheros. Hay que tener en cuenta la forma exacta en la que se trataba a viudas, menores y pobres, si eran considerados pecheros, medio pechero o no estaban incluidos. Además, como ya se ha dicho, los miembros de la nobleza y la iglesia quedaban fuera de esta obligación.

1561. Averiguaciones de alcabalas

Entre censo y censo, el tamaño de la población y número de vecinos podía variar. Si disminuía el número de pecheros, la presión fiscal aumentaba al tener que hacer frente la población a la misma carga impositiva. La cáñama o repartimiento entre pecheros aumentaba. Por este motivo, eran necesarias reclamaciones y actualizaciones parciales sobre el vecindario. Villel aparece en un recuento de 1561 (Velasco Sánchez, 2008) [234] con 97 vecinos: 83 pecheros y 14 viudas.

1587. Relación de vecindarios en el obispado de Sigüenza

El contenido del manuscrito original fue recogido por Tomás González (1829) en su Censo de población de las provincias y partidos de la Corona de Castilla en el siglo XVl [235]. Villel aparece incluido dentro del arciprestazgo de Medinaceli, con una pila y 100 vecinos. Se advierte que esta relación es cierta en lo que toca a pilas y lugares, y en lo que toca a los vecinos van puestos a poco más o menos los que hay en cada lugar.

Dentro del arciprestazgo de Medinaceli, formado por 84 núcleos de población, Villel junto a Luzón y Maranchón, son la población con más vecinos tras Medinaceli (380 vecinos). Si comparamos con las poblaciones limítrofes castellanas: Algar, 21 vecinos; Amayas, 20 vecinos; Iruecha, 40 vecinos; Labros, 30 vecinos; Mochales, 40 vecinos.

1591. Censo de la Corona de Castilla

Durante el reinado de Felipe II, fueron muchas las empresas bélicas que se mantuvieron: enfrentamientos con Francia, Inglaterra y el Imperio otomano, así como el conflicto de los Países Bajos. Una pila de gastos que dejaron maltrecha la Hacienda Real. Para poner remedio a la situación económica, en 1591, la Administración de Felipe II realizó un censo con el fin de asignar un Servicio de ocho millones de ducados a repartir en seis años, entre los vecinos peninsulares de la Corona de Castilla. De ahí que a este censo se le conozca como Censo de los Millones.

Al igual que para el censo de 1528, se ha tomado como base la correspondiente publicación del INE [236] para este censo, por ser más detallada en el desglose de vecinos, que la de Tomás González. En la primera, se recoge un análisis del censo y los resultados obtenidos. Villel, bajo los límites de Cuenca y el concejo de Molina, cuenta con un total de 140 vecinos; repartidos en 136 vecinos pecheros y 4 de clero. En este caso, contabiliza los vecinos totales porque para este impuesto no hay exentos. Para una interpretación comparada, los datos de las localidades vecinas del Valle del Mesa son: Algar de Mesa, 31 vecinos pecheros; y Mochales, 81 vecinos, 78 son pecheros y 3 de clero.

1631. Censo de la Sal

La crisis económica de la Monarquía Hispánica no hacía nada más que agravarse y Felipe VI quiso reformar el sistema tributario. El Conde Duque de Olivares anuló los servicios de millones que cargaban el aceite, el vino, el vinagre y la carne, para crear un nuevo impuesto a la sal, cuyo monopolio estaba en manos de la Corona. Para tal fin, el territorio castellano peninsular quedó dividido en partidos salineros, en función de la salina que, por cercanía, realizaba el suministro de sal. Quedó prohibida la venta a particulares; la población debía hacer una estimación anual de su necesidad, tanto para el uso de personas como para las salegas del ganado y proveerse de la salina o el alfolí más cercano. Cabe recordar el alto valor que ha tenido la sal en la historia, dando origen a la palabra salario.

La villa de Villel quedó bajo el área de influencia del Partido de las Salinas de Atienza, uno de los más extensos; a su vez, se agrupaba dentro del partido de Molina. En este censo, transcrito y analizado por el INE (2015) [237], se contaron 117 vecinos y 947 ganados, para lo cual, se estimó una cantidad de sal anual necesaria de 60 fanegas (julio de 1631 – junio de 1632), que ascendía a un total de 3.600 reales (a razón de 60 reales la fanega). 

Dentro del partido de Molina, formado por 79 núcleos de población, Villel ocupa el cuarto lugar con mayor número de vecinos, tras Molina de Aragón con 583 vecinos, El Pobo de Dueñas con 154 vecinos y Alustante con 137 vecinos. Si comparamos con las poblaciones limítrofes castellanas: Algar, 9 vecinos; Amayas, 28 vecinos; Iruecha (no está incluida parte de la provincia de Soria); Labros, 41 vecinos; Mochales, 44 vecinos.

Libros sacramentales

Otra fuente de gran valor demográfico, y más en este periodo, son los libros de bautismos, matrimonios y defunciones de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, custodiados en el Archivo Diocesano de Sigüenza. Aunque las visitas a este archivo han sido muchas, el objeto de ellas no ha sido el estudio de la población; por tanto, se tomarán los valores del recuento realizado por Velasco Sánchez [234] en los libros 1º (1533-1617) y 2º (1617-1668) de bautismos; libros 1º (1565-1625) y 2º (1625-1759) de matrimonios; y los libros 1º (1551-1600) y 2º (1601-1638) de defunciones.

Libros sacramentales de Villel de Mesa (Velasco Sánchez, 2008)
Datos: Velasco Sánchez (2008), a partir de los libros parroquiales de Villel de Mesa.

A modo de conclusiones 

Los censos disponibles para Villel solo hacen recuento de vecinos, no hay ninguno que también indique el número de habitantes. Así que la primera cuestión es obtener una estimación del número de habitantes con los que contaba la villa, para lo cual es necesario elegir un factor multiplicador que convierta vecinos en número de habitantes:

  1. Como se ha visto al principio de este capítulo, una media clásica que se ha venido utilizando hace ya algún tiempo ha sido 4,5; con un rango desde 3,5 a 6 (Kagan, 1994).
  2. En la consolidación de los datos del censo de la Ensenada (1752) se concreta a 3,869276 para la intendencia de Cuenca, que se debe aplicar al número de vecinos pecheros para posteriormente sumarle el clero.
  3. Por otra parte, Velasco Sánchez [234] seleccionó algunas poblaciones castellanas cuyos censos presentaban cifras de vecinos y habitantes; y tras compararlas, obtuvo un factor medio de 3,61. Pero además, clasificó las poblaciones en función del número de vecinos, con la intención de obtener un factor más específico. Por ejemplo: para poblaciones de 1 a 50 vecinos, 3,75; de 51 a 100, 3,60; de 101 a 200, 3,46… 
  4. Aunque, como se ha dicho, las inscripciones censales de Villel no cuentan con el doble cómputo de vecinos y personas, el Censo de la Sal ofrece una pista para obtener un ratio conversor directamente ligado a Villel de Mesa: Según esto [la Real Cédula de 4 de marzo de 16319], el consumo anual de sal se estimó en media fanega por familia de cuatro personas, y una, por cada cien cabezas de ganado mayor (yeguas y vacas) y menor (ovejas y cabras) [237]. Sabemos que el aprovisionamiento anual de sal para Villel fue de 60 fanegas, que tenía una cabaña de 947 cabezas y un vecindario de 117 hogares. Por lo tanto, descontando las fanegas teóricamente destinadas al ganado (9,5), quedarían 50,5 fanegas para la población; que a razón de una fanega para ocho personas, sale un total de 404 personas. Si lo enfrentamos con los 117 vecinos, obtenemos un factor de 3,46.

En primer lugar se observa que la tendencia entre los historiadores es a adoptar ratios de conversión más bajos que los que se venían aplicando tradicionalmente. En segundo lugar y más importante que el valor sea mayor o menor, es que se obtenga de datos lo más próximos posibles; y no solo geográficamente hablando, sino por tamaño u otras características. Si comparamos el factor descrito en el párrafo 4 anterior, obtenido indirectamente del propio registro de Villel en el Censo de la Sal, con el de los otros autores mencionados, se observa que coincide exactamente con el calculado por Velasco Sánchez a través de algunas poblaciones castellanas de entre 101 y 200 vecinos. Por tanto, se utilizará este valor de 3,46 para hacer una aproximación al número de habitantes que tenía Villel en la fecha aquellos censos que le asignan más de 100 vecinos; y se utilizará el factor multiplicador de 3,6 para aquellos que le asignan hasta 100 vecinos. Estos valores de población estimada, en número de habitantes, se pueden ver en la siguiente infografía.

Evolución de la población (1528-1637) Villel de Mesa

En el gráfico de la imagen están representados los nacimientos y defunciones anuales entre los años 1551 y 1637 (faltan los nacimientos de 1557), así como el crecimiento natural, es decir, la diferencia entre fallecidos y nacidos. Para su elaboración se han tomado los datos recopilados por Velasco Sánchez [234] de los libros parroquiales de Villel de Mesa. Dado que se trata de un periodo largo y distante en el tiempo, y con el fin de observar tendencias, se han sustituido los valores exactos con las medias centradas a 5 años.

Lo más destacable son los periodos de crecimiento natural negativo, asociados crisis de mortalidad como épocas de malas cosechas, hambruna, guerra y enfermedades. El primero, enmarcado en el año 1583, con un pico en la mortalidad, que ya venía aumentando desde hace 10 años atrás; coincide con uno de los episodios de peste que asoló gran parte de la península. El segundo periodo de crecimiento vegetativo negativo se da en los años 1526 y 1527, también con una elevada mortandad, pero que a diferencia del anterior, se da en un momento donde la natalidad se mantenía alta.

Si el foco se pone en los tramos intercensales (1561-1591 y 1591-1631), ambos comparten una tasa de crecimiento vegetativo o natural positiva, incluso alta. Sin embargo, mientras que en el primero lo acompaña un crecimiento de la población, en el segundo el número de habitantes disminuye, lo que indica que hubo un movimiento migratorio de población hacia otras regiones.

La transición al modelo estadístico

En este periodo se dará la transición entre los censos de origen fiscal y los de fin estadístico, que permitirán hacerse una idea más precisa del tamaño y composición de la población; los censos de Aranda (1768) y Floridablanca (1787) ya contabilizan personas y no unidades afectadas al pago de impuestos. Anteriormente, disponemos de censo de Campoflorido y el Catastro de la Ensenada, que se puede tomar, este último, como punto de inflexión entre ambos bloques.

1712. Censo de Campoflorido

Este censo se lleva a cabo en 1712, tras la Guerra de Sucesión, por el obispo de la Gironda, momento en el que es necesario volver a ajustar impuestos y relaciones de pecheros; pero es el conde de Campoflorido quien lo reúne en 1717. Bajo la intendencia de Soria, se encuentra la relación de poblaciones del partido de Molina, expresamente dice así: y el de la villa de Molina con distinción de sus pueblos y vecinos, que se agregó a esta provincia conforme a las últimas órdenes que se dieron por la exacción de las imposiciones. El número total de vecinos contabilizados es de 52 y medio para Villel (INE, 1995) [238], tantos pecheros y cero hidalgos. En este censo se excluye el clero y los pobres de solemnidad, además cabe recordar que, por un lado, las viudas contaban como medio vecino, y por otro lado con respecto a la hidalguía, que el primer marqués de Villel ya nació en Molina de Aragón (1625), donde los padres de este tenían fijada su residencia habitual tras el matrimonio de Martina Andrade y Funes con el molinés Juan González de la Cámara y Garcés de Marcilla.

Aun así, destaca el número tan bajo con respecto al último censo del siglo XVII, el censo de la Sal (1631), que arrojaba una cifra de 117 vecinos, pero más aún la disparidad entre las poblaciones vecinas. En algunas también se ve reducido el vecindario a la mitad, como Amayas ―de 28 a 14― y Labros ―de 41 a 26―. Sin embargo, en otras se mantiene el número de vecinos, como Mochales ―de 44 a 42―; e incluso se llega a duplicar en Algar de Mesa ―de 9 a 23―.

1752. Censo de la Ensenada

Una parte de la enorme información que reunió el proceso catastral de la Ensenada, es este censo (INE, 1993 [239]). Para localizar el registro de Villel, hay que buscarlo, en este caso, en el partido de Cuenca; no estando listado en el de Molina. Se da cuenta de: 120 vecinos pecheros, 9 jornaleros pecheros, 2 pobres pecheros, 15 viudas pecheras y 4 pobres, 4 menores bajo tutela pecheros y 1 pobre; totalizando 155. Eclesiásticos: 6.

La estimación que hace el INE es de 586 habitantes para Villel de Mesa. Como datos comparados, tenemos que Algar de Mesa  contaría con 86 habitantes, Amayas 194, Iruecha 511, Labros 310 y Mochales 405.

El propio censo, sí concreta el número de personas que pertenecían a diferentes oficios. Para Villel de Mesa, son los que siguen: labrador (44), jornalero (48), albañil (2), tejedor (11), cardador (16), cabestrero (7), herrero (3) y zapatero (4). 

Catastro de la Ensenada
Censo de la Población de la Corona de Castilla. Marqués de la Ensenada 1752. INE (1993).

Este censo de la Ensenada se puede tomar como punto de inflexión entre los censos de origen fiscal y los de fin estadístico, que permitirán hacerse una idea más precisa del tamaño y composición de la población. Los próximos censos, de Aranda (1768) y Floridablanca (1787), ya contabilizarán personas y no unidades afectadas al pago de impuestos, y darán paso, en el siglo XIX, a los censos estadísticos de población.

Con el final de la Edad Moderna, aparecen los primeros censos de habitantes, que se consolidarán en la segunda mitad del siglo XIX y siglo XX. Sigue leyendo Censos estadísticos de población.


Referencias adicionales:

Kagan, R. L. (1994). Contando vecinos: el censo toledano de 1569. Studia Historica. Historia Moderna, XII, 115-135. Disponible en: https://gredos.usal.es/bitstream/handle/10366/70021/Contando_vecinos_el_censo_toledano_de_15.pdf;jsessionid=80634BAB8AFABC5EDCABBE219374EECD?sequence=1