Los topónimos son los nombres propios con los que se designan los lugares de un territorio. La toponimia, como conjunto de topónimos, tiene una huella histórica y cultura impresa notable, que hace necesario su estudio para comprender la realidad de un territorio. 

El grueso de los topónimos que aquí se recogen son aquellos registrados en el Mapa Topográfico Nacional, desde el MTN 1:50.000 [215] editado en 1921 (incluyendo las minutas, 1875-1919) hasta el actual. Esta fuente cartográfica no recoge toda la toponimia local, sería imposible por el límite físico que supone el soporte del mapa. Si bien es cierto que con los medios de soporte digital, no se da el inconveniente citado, el hecho es que la rotulación de parajes está limitada a uno o dos topónimos por kilómetro cuadrado. Por esta razón, la intención es ampliar este nomenclátor local con aquellos que no están catalogados de forma escrita, con el fin de que no perder el valor cultural e histórico que tienen.

Toponimia mayor: origen del topónimo Villel de Mesa

El nombre de la localidad adquiere su forma definitiva en el siglo XIX, momento en el que se produce el cambio de Villel a Villel de Mesa, tomando el nombre del río que baña la población y diferenciándose así del municipio turolense de Villel. Fue un adelanto temporal a la iniciativa de la Real Sociedad Geográfica para acabar con las más de 1.000 duplicidades en los nombres de las poblaciones españolas; y que terminó con la promulgación del R. D. de 27 de junio de 1916 y la modificación de más de 500 nombres de municipios, como el vecino Algar que pasó a  Algar de Mesa. Continuando con Villel de Mesa, a falta del texto legal que lo concrete, se puede hacer una aproximación a través de otras documentaciones. La publicación del Diccionario geográfico estadístico de España y Portugal de Sebastián Miñano [72], recoge a la localidad como Villel; mientras que por otro lado, el Real Decreto del 21 de abril de 1934 por el que se establece la nueva distribución de partidos judiciales, recoge la forma Villel de Mesa [220]. Por tanto, se puede acotar la fecha al intervalo 1826-1834, lo que lleva a pensar que este cambio ocurriera con la división provincial de 1833, en la que Villel de Mesa queda integrado en la provincia de Guadalajara.

El término Mesa se verá en el título siguiente, de toponimia menor. Así que éste estará dedicado a la palabra Villel, para lo cual es obligatorio reseñar los trabajos de José Antonio Ranz Yubero y José Ramón López de los Mozos han desempeñado en este campo y en la provincia de Guadalajara. Para estudiar la toponimia de un lugar, es necesario valorar tres aspectos: el contexto del histórico y geográfico de entorno, la cultura y tradición social y el origen de la palabra.

Contexto histórico y geográfico: Hay que tener en cuenta que el emplazamiento actual de Villel de Mesa tiene su origen en la Repoblación. Anteriormente, según atestiguan los restos arqueológicos, existía un asentamiento de origen musulmán [225], que ocupaba la zona conocida como El Villar, a la entrada de Villel de Mesa por Mochales, junto al río Mesa. Este cambio de ubicación, ya con la  dominación cristiana, tendría como fin buscar la protección que ofrecía el castillo en tiempos de guerra, bien porque ya hubiera una edificación mora de carácter militar-estratégico, o bien porque se tuviera un proyecto.

Cultura y tradición social: Hay que remontarse al siglo XVIII para conocer qué idea se tenía en aquel entonces del origen de Villel. La primera pregunta del interrogatorio del Catastro de la Ensenada  hacía referencia al origen del nombre de la población, a los que los regidores municipales respondiendo que «dicha villa es denominada Villel por tradición muy antigua».

Origen de la palabra: La línea más seguida en la literatura provincial es la que parte del nomenclator del obispado de Sigüenza, escrito en 1886 [29], y seguido por Perruca Díaz (1891) [222] y otros autores posteriores. Estos ofrecen un origen árabe, con el significado de casa de sombra por las abundantes alamedas que poblaban el valle del río Mesa; pero sin más detalle.

Para arrojar un poco de luz debemos prestar atención a la localidad turolense de Villel, unos 16 km al sur de la capital, y a la campaña militar que dirigió Abderramán III desde Córdoba hasta Zaragoza, en el año 935. Dicha travesía es narrada por el historiador hispanomusulmán Ibn Hayyān, que da cuenta de los lugares en los que acampó el ejército omeya. Uno de ellos es la fortaleza de Villel (Teruel), citada como Aŷīt hisn Billāl (Zanón, 1986, 33). Partiendo de este punto, no es descartable que el topónimo Villel guadalajareño tenga el mismo origen árabe que el turolense, es decir, Billāl.

En el árabe hispánico era muy común la imela, un fenómeno fonético por el cual en determinadas circunstancias se pronunciaba el sonido [ā] como [ī] o [ē]. Esto justificaría la derivación de Billāl hacia el vocablo Billel. Algunos ejemplos de imela en topónimos que señala Steiger (1991, p. 327) son: Lérida, que proviene de lârida; o Jaén, que deriva de zajjân. En el Diccionario de la lengua española de la RAE también encontramos más ejemplo de imela en palabras como: argel, del árabe hispano arǧál; o la forma en desuso de alfiler, alfilel, que se forma a partir del vocablo árabe hispánico alẖilál.

Por todo ello, es planteable que el antiguo asentamiento musulmán que precedió al Villel actual, situado en el paraje de El VIllar, se denominara Billal. Significado que se desconoce si es casa de sombra, o como también es posible, estar relacionado con el agua, que tan abundante ha sido en el valle. Con independencia del significado, evolucionó a  Billel, hasta llegar a nuestros días con con la grafía Villel, tal y como se conoce.

Clasificación y descripción de la toponimia menor

Las clasificaciones tradicionales para el estudio de la toponimia se basan la relación que tiene el término específico con un campo semántico determinado. Por ejemplo, si hace referencia a vegetación (fitónimos), aspectos religiosos (hagiónimos), elementos artificiales, etc. Pero el fin que se persigue es el de recoger la diversa toponimia con el objeto de que no caiga en el olvido; por lo que para hacerlo más atractivo a la lectura, se han agrupado por tipología del elemento al que designan, si bien cuando sea preciso se indicará la categoría clásica en la que se puede incluir.

Como se indicó anteriormente, la siguiente relación está basada en la documentación cartográfica consultada. Así como la necesidad de contar con la tradición social y cultural para el estudio de la toponimia. Por ello se abre a todo los villeleros una dirección de correo electrónico en la que puedan aportar sus conocimientos sobre la toponimia y los lugares de Villel de Mesa: info@villeldemesa.com

Vías de comunicación

Urbanas

Bajo este título se recogen la toponimia del callejero de Villel de Mesa, tanto las denominaciones actuales, como aquellas que han desaparecido por haber sido reemplazadas. Como fuente documental de partida se ha tomado la cartografía catastral (2020); y con esa base, se han añadido las observaciones correspondientes sobre las diferencias existentes con el plano municipal elaborado por el Instituto Geográfico y Estadístico en 1912 [226].

Detalle Plano de Población de Villel de Mesa (1912). Escala 1:2.000. Instituto Geográfico y Estadístico (IGN)
Detalle del Plano de Población de Villel de Mesa (1912). Escala 1:2.000. Instituto Geográfico y Estadístico (IGN)

Barranco, Calle del: Discurre a los pies del cerro de las Casas, desde el antiguo cementerio hasta la carretera de Algar de Mesa. Tanto el nombre, como el trazado, se mantienen desde el plano de 1912 hasta la actualidad.

Boticas, Calle de las: Este es uno de los casos de toponimia desaparecida, al menos de forma oficial. Se corresponde con la parte alta de la actual calle de los Canónigos, hasta alcanzar la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en el Portegado. Lugar, este último, donde tiempo atrás se ubicaba la botica, y que dispensaba las boticas o remedios necesarios para tratar las enfermedades.

Canónigos, Calle de los: Parte a espaldas del ayuntamiento y sube  hasta la iglesia. Se sitúa entre las calles del Horno y de Subida a la Iglesia, paralela a éstas. En el plano de 1912, esta denominación no existe; el trazado de la parte baja pertenecía a la calle de la Villa, y la parte alta hasta llegar a la iglesia, se denominaba calle de las Boticas. Aquí tuvieron casa los tales canónigos; entre ellos Cirilo Tomey Calpe, sobrino del capellán doctoral del Monasterio de la Encarnación, Cirilo Calpe Tomás.

Cantarranas, Calle de: Vía de entrada a Villel de Mesa desde Mochales. Tanto el nombre como el trazado se mantienen desde el plano de 1912 hasta la actualidad. Su proximidad a la vega y a la fuente de la Toba, la hace propicia para escuchar el sonido de estos anfibios.

Celemín, Calle del: Así aparece registrada en el catastro, pero si observamos el plano de principios del siglo pasado, se nombra como calle del Medio Celemín. Con forma de ángulo recto, une las calles Postigo y Majadilla.

Cotanillo, Calle del: Esta calle quedó absorbida, a nivel catastro, por el de la Majadilla. Tiene su ubicación perpendicular a la calle de la Majadilla, conectando dos ramales de ésta. Su nombre puede tratarse de un antropónimo, referente a la persona que tenía por oficio la carpintería, en alusión a la cotana.

Doctor Pedro Gómez Fernández, Plaza del: Es la plaza principal y el centro social de los villeleros. Está ubicada en la parte baja y como su nombre indica, dedicada al doctor Pedro Gómez Fernández, médico muy querido, que aun no ejerciendo en Villel de Mesa, sí su padre, pocos fueron los que necesitando una intervención quirúrgica, no pasaron por sus manos. En el plano de 1912 se denomina, sencillamente, La Plaza.

Fuente, Calle de la: Ésta es otra de las calles desaparecidas sobre el papel, pero no del recuerdo. Comienza en la Plaza del Dr. Pedro Gómez Fernández, cruza el ramal urbano del río y llega hasta la fuente manantial, a su izquierda.

Horno, Calle del: Recorre el lado oriental de la almendra central formada por el palacio de los marqueses de Villel, el castillo de los Funes y el caserío adyacente en el ángulo noroeste. Su denominación señala la ubicación del horno que hubo en la población.

Majadilla, Calle de la: Situada en la parte alta del caserío, está formada por tres viales paralelos y unidos perpendicularmente. El nombre de la calle hace referencia al lugar donde se recogía el ganado por la noche.

Pasillo, Calle del: Cubría el espacio ubicado entre las calles del Horno y Rivas, hacia la plaza. Así aparece en el plano de 1912.

Plaza, Calle de la: Actualmente absorbida por la calle Real, corresponde con el tramo que sale desde el ayuntamiento y recorre unos pocos metros en sentido este.

Plazuela, Plaza de la: Como su nombre indica, una de las plazas más pequeñas. La entrada a esta plaza se hace desde la calle de Cantarranas.

Portegado, calle del: En el catastro recoge bajo esta calle a las casas situadas frente a los pies y al norte de la iglesia. En 1912 la calle del Portegado continúa la calle del Postigo desde la intersección con la calle del Horno hasta la iglesia, tomando su nombre del tejaroz de madera de la entrada.

Postigo, Calle del: Discurre desde el final de la calle Rivas hasta la iglesia. En 1912, su trazado se acortaba al llegar a la calle del Horno. El postigo era una puerta secundaria de la villa y a la que debía conducir esta calle.

Real, Calle: Se inicia como una bifurcación de la calle del Barranco y llega hasta la carretera de Algar de Mesa.

Reja, Puerta de la: Desaparecida en la actualidad, cubría la calle situada al norte de la iglesia y que tenía su salida a la calle del Barranco.

Rivas, Calle de: Recorre el lado occidental de la almendra central formada por el palacio de los marqueses de Villel, el castillo de los Funes y el caserío adyacente en el ángulo noroeste. Antropónimo referido a un apellido con gran antigüedad en Villel de Mesa. Se puede citar a Juan de Ribas Cortés [45], presbítero y comisario de la Inquisición en el siglo XVII, y a José Rivas Pérez, autor del tratado de apicultura Antorcha de Colmeneros

Tudescos, Calle de los: Absorbida por la calle de Rivas , se ubicada en la parte noroccidental del caserío, donde se unen las calles de Rivas y Postigo. El significado más apropiado de la palabra Tudesco, quizá sea el que Covarrubias identifica con capa.

Subida a la Iglesia, Calle de la: Perpendicular a la travesía de la Villa, sale en cuesta desde ésta hacia la iglesia. En el plano de 1912 aparece denominada, simplemente, como de la Iglesia

Villa, Calle de la: Tiene su inicio pegado al ayuntamiento con dirección norte, desembocando en la calle del Barranco.

Villa, Travesía de la: Perpendicular a la calle de la Villa, une ésta con la calle de los Canónigos. En el plano de 1912, este tramo de vial, quedaba englobado en la anterior.

Caminos

La red principal de caminos vecinales que unen a Villel de Mesa con las poblaciones más próximas se establece en forma radial. Siguiendo el sentido de las agujas del reloj, encontramos: al norte, los caminos de Alconchel y Sisamón; al este, los caminos de Algar de Mesa y Milmarcos; al sur, los caminos de Labros y Amayas; y finalmente, los caminos de Mochales e Iruecha al oeste. Además de esta red principal de comunicación, existen una serie de caminos que dan acceso a las tierras de labor, a los recursos en el monte o, sencillamente, interconectan los caminos vecinales. A continuación se citan algunos de estos caminos.

Bueyes, Camino de los: Zoónimo en referencia a los machos castrados del ganado vacuno que se utilizaba para labrar la tierra, entre otras labores. En 1753, en la villa se contaban “ocho bueyes domados”. El camino de los bueyes conecta el camino vecinal de Alconchel de Ariza a Mochales con el camino de la Carrascosa.

Calorzo, Camino del: Hidrónimo en referencia a alguna laguna o charca por interrupción del curso de un arroyo (Sanz Donaire, 1999). El camino del calorzo sirve de ramal entre el camino vecinal de Villel de Mesa a Milmarcos y el camino de Amayas a Milmarcos.

Carrascosa, Camino de la: Fitónimo en referencia al terreno que atraviesa, donde abundan las carrascas. El camino de la Carrascosa enlaza el camino vecinal de Alconchel de Ariza y Mochales con la encrucijada de caminos que forma junto al vecinal de Mochales a Sisamón, el del Llano de la Cueva y el de la Pinilla.

Cueva, Camino de la: Orónimo en relación a la presencia de alguna oquedad. El camino de la Cueva sirve de conexión entre el camino vecinal de Villel de Mesa a Milmarcos y el camino vecinal de Algar de Mesa a Labros.

Guarrón, Camino del: Zoónimo formado a partir de la raíz guarro (cerdo) con un sufijo de valor aumentativo, intensivo o despectivo. El camino del Guarrón sirve de ramal entre los caminos vecinales que, desde Mochales y Villel de Mesa, tenían como lugar de destino Alconchel de Ariza. 

Llano de la Cueva, Camino del: Orónimo en relación a la presencia oquedades en el risco del cañón formado por el río Mesa, como la cueva del Lutero. El camino del Llano de la Cueva atraviesa este paraje conectando los caminos vecinales de Villel de Mesa a Alconchel de Ariza y de Mochales a Sisamón.

Loma, Camino de la: Orónimo en relación a la elevación de Salegas de Terrón, que dicho camino recorre uniendo los vecinales de Villel de Mesa a Milmarcos y Sisamón.

Molino del Saúco, Camino del: El molino del Saúco se corresponde con el molino de la Cuesta, nombre con el que está referenciado en la cartografía actual. El camino une directamente Labros con el molino, compartiendo trazado al entrar en Villel de Mesa con el vecinal de Amayas a Villel de Mesa.

Valhondo, Camino de: Orónimo de palabra compuesta por el apócope de valle y el adjetivo hondo en relación a que discurre por el barranco del mismo nombre, actualmente cañada de Valdemazán, desde el camino del Llano de la Cueva.

Hidrografía

El valle del Mesa, desde el curso medio del río, presenta un lecho de roca sedimentaria muy sensible a ser modelada por las corrientes de agua, las cuales han sido mucho más abundantes. Esto ha provocado un gran número de barrancos y fuentes. Algunos elementos hidrográficos y sus respectivos topónimos son:

Barranco de Torralba, Fuente del: Hidrónimo referente a la ubicación de la fuente, a mitad del barranco de Torralba, que nace en un recodo del camino vecinal que une a Villel de Mesa con Labros y llega hasta el camino de la Cueva.

Calorzo, Barranco del: Cómo quedó visto en el camino del mismo nombre, se trata de un hidrónimo. El barranco del Calorzo, que desde la parte sureste del término de Villel de Mesa, se dirige a Algar de Mesa, es la continuación del barranco del Escalerón.

Escalerón, Barranco del: Una muestra más del intercambio cultural en territorios fronterizos. La voz escalerón es habitual en Aragón para referirse a escalón y en este caso en alusión a la orografía , tomando la segunda acepción del Diccionario de la lengua española. Tiene su cabecera en Labros y entra en Villel de Mesa para continuar su recorrido como el barranco del Calorzo.

Guarrón, Barranco del: Formado a partir de la raíz guarro (cerdo) con un sufijo de valor aumentativo, intensivo o despectivo. El barranco Guarrón, cuya cabecera se sitúa próxima al inicio del camino del mismo nombre, termina desembocando en la cañada de Valdemazán. 

Lobos, Barranco de los: Este zoónimo da nombre un barranco que cruza, en gran parte, de oeste a este el norte del término municipal, saliendo el mojón que delimita los términos de Algar de Mesa, Sisamón y Villel de Mesa.

Mesa, Río: Cuenta la leyenda que durante la conquista de la península por parte de los árabes, año 715, el capitán bereber Tariq ibn Ziyad se encontró en las inmediaciones del río la mesa de Salomón, hijo de David. Una mesa fabricada casi en su totalidad en esmeraldas. Tras este hecho, Tariq bautizó al río con el nombre de Mesa.

Pinilla, Barranco de la: Otro de los muchos barrancos que conducen a la cañada de Valdemázan. En este caso de la parte occidental, teniendo su cabecera en en el término de Iruecha.

Portillo, Barranco del: Desde las inmediaciones de la cabeza de la Pilas, el cerro más alto del término (1.238), recorre sinuoso la distancia que le separa de la vega Nueva, atravesando inmediatamente antes de llegar a ésta por un estrecho paso del que toma el nombre. 

Pozo, Barranco del: El origen del topónimo de este barranco se debe más a la acepción geográfica (orónimo) del término: hoyo profundo, aunque esté seco, que a la más habitual. Situado donde se unen los barrancos de la Pinilla y Valhondo con la cañada de Valdemazán, es una hondonada rodeada de cerros que levantan entre 50 y 80 metros.

Rubio, Navajo del: Antropónimo. Se localiza en la intersección de los caminos vecinales de Villel de Mesa a Alconchel de Ariza y de Mochales a Sisamón.

Seca, Fuente: Hidrónimo que designa a la fuente ubicada a los pies del cerro de Las Cabezas, y que gran parte del año se mantiene sin caudal.

Seco, Navajo: Adyacente a la fuente Seca. Se le aplica el mismo argumento.

Santecilla, Barranco de la: De los pocos hagiónimos (topónimos relacionados con la religión) que hay dentro de la toponimia de Villel de Mesa; deriva de Santa Cecilia. Un barranco, éste, que tiene su inicio en Amayas pero que discurre casi completamente por Villel de Mesa hasta llegar a la vega del río Mesa.

Toba, Fuente de la: Tiene su ubicación en la calle Cantarranas y manaba entre roca de éste material calcáreo. 

Torralba, Barranco de: Acudiendo a su etimología, significa torre blanca. En alusión a alguna posible construcción hecha en piedra clara, o quizá tenga un origen patronímico. El barranco de Torralba  nace en un recodo del camino vecinal de Villel de Mesa a Labros y llega hasta el camino de la Cueva.

Valdemazán, Cañada de: En este caso, cañada no hace referencia a la vía transitada por ganado, si no a la condición de  barranco. En su parte baja es abierto, acogiendo un importante terreno para el cultivo. Su nacimiento y longitud, depende de la antigüedad de la cartografía. En la transición del siglo XIX al XX, se nombra como Valhondo; y en la actualidad, la denominación Valdemazán del barranco remonta hasta el barranco Pozo. Si desglosamos el término, nos queda como valle de la maza grande; y es la segunda acepción de maza la que resulta interesante para encontrar su sentido. La maza como instrumento de madera dura, parecido a la maza antigua de combate, que sirve para machacar el esparto y el lino, y para otros usos. Cabe recordar que tradicionalmente el lino fue un cultivo muy común en Villel de Mesa para la confección de telas.

Valdeminguez, Barranco de: En este caso, se hablaría del valle de Mínguez, topónimo patronímico por un tal Mínguez o hijo de Mingo. Nace en el límite con Mochales y termina en la cañada de Valdemazán.

Valhondillo, Navajo de: Se ubica en la confluencia del camino vecinal de Villel de Mesa a Sisamón (km. 37 de la actual GU-427) con el camino de la Loma.

Valhondo, Barranco de: Barranco que confluye con la cañada de Valdemazán. En los primeros mapas topográficos, su trazado sustituía a la cañada de Valdemazán. Literalmente, valle hondo.

mapa

Orografía

El valle del Mesa es la estructura geográfica protagonista, que atraviesa el municipio de oeste a este, dividiéndolo en dos partes más elevadas y con características geomorfológicas y paisajísticas diferenciadas. La cota del cauce del río está en unos 935 m de altitud sobre el nivel del mar aproximadamente, mientras que al norte y al sur, la cota media está entre los 1.000 y 1.100 m, de la que sobresalen cerros que alcanzan hasta los 1.238 m, como es el caso de la cabeza de las Pilas, al sur. La mitad septentrional es más llana y está aprovechada en su mayor extensión por tierras de cultivo. La mitad meridional es más accidentada y poblada de encinares y sabinares. 

Blanco, Cerrillo: Está situado entre el límite con Mochales y el barranco del Portillo. Desde la parte occidental, es responsable de abrir paso a éste hacia la Cerrada. En su cota máxima alcanza los 1.173 m de altitud.

Cabezas, Las: Es un cerro relativamente amplio ubicado al norte del término municipal, que consta de varias cotas o cabezas que apenas sobrepasan los 1.100 m de altitud. Un cerro aislado que junto a la cabeza del Cabrón, al norte, marcan durante un breve trecho el curso del barranco del los Lobos.

Cabrón, Cabeza del: Limita al norte con Sisamón y al sur con el barranco de los Lobos y las Cabezas. Alcanza una altitud de 1.083 m, y respecto a su clasificación, podría tratarse de un zoónimo como de un hagiónimos.

Cañamañas: Macizo rocoso extenso, que limita con Algar de Mesa al este y con el barranco de la Santecilla al oeste. Precisamente, en su parte occidental alberga el único sabinar negral del término. Tiene una altitud de 1.120 m.

Casas, Cerro de las: A sus pies discurre la calle del Barranco, con una hilera de casas adosadas a la montaña por su flanco suroeste. Es la elevación (1.052 m) más próxima al caserío.

Cerrillales, Los: Grupo de cotas, en torno a los a los 1.040 m de altitud, en un cerro delimitao por el barranco de Valdemínguez y la cañada de Valdemazán.

Gómez, Cabeza de la: Monte (1.135 m) situado al sur del caserío y de la ribera del mesa; delimitado por los barrancos del Portillo por el oeste y de la Santecilla por el este.

Lomillas, Las: De forma alargada, alberga en su ladera occidental el camino vecinal de Villel de Mesa a Labros y el barranco de la Santecilla más abajo. Por su lado oriental, el barranco por que antaño discurría el camino a Milmarcos. En su parte más alta, alcanza los 1.119 m de altitud. 

Medina, Cuesta de: Se localiza en la pendiente del camino vecinal a Iruecha, que desde la cañada de Valdemazán asciende hasta el límite con Mochales. Es posible que El Villar no fuera el único asentamiento en el periodo musulmán y éste topónimo haga referencia a ello.

Pelados, Los: Su cumbre separa los términos de Algar de Mesa y Villel de Mesa en el extremo sur. Flanquea por el este al barranco y camino del Escalerón / Calorzo, a su paso por Villel de Mesa. Es segundo pico más alto (1.223 m), después de la cabeza de las Pilas.

Pilas, Cabeza de las: Con una altitud de 1.238 m de altitud, es el monte más alto del término municipal de Villel de Mesa. Su cumbre aloja un vértice geodésico del Instituto Geográfico Nacional.

Renales, Cerro: El apellido Renales ha sido común en la población de Villel de Mesa. Aparece representado con frecuencia en la documentación de los siglos XVIII, XIX y XX. Esta elevación (1.218 m) se localiza en el límite sur del municipio, y junto con el Escalón forma un paso natural para el camino vecinal a Labros. Es la segunda cota más alta de Villel de Mesa.Salegas del Terrón: Adyacente, por el norte, al cerro de las Casas. Su altitud es de 1.068 m. y su nombre hace referencia a la piedra con contenido en sales que que se le proporcionaba al ganado.

Referencias adicionales, que no tienen enlace a la Biblioteca Virtual Villel de Mesa:

Alcázar González, A., Azcárate Luxán, M. (2017). Toponimia: Normas para el MTN25. Conceptos básicos y terminología. Centro Nacional de Información Geográfica. http://www.ign.es/web/resources/acercaDe/libDigPub/NormasToponimiaparaMTN25.pdf

Alcázar González, A., Azcárate Luxán, M. (2000). Aproximación a la toponimia del repertorio de caminos de Guadalajara. En Caminería Hispánica. Actas del IV Congreso Internacional. Ministerio de Fomento, Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas, CEDEX, Vol. 1,  pp. 223-242. http://biblioteca2.uclm.es/biblioteca/ceclm/libros/camineria/C4/04f15.htm

Burgueño, J. (1997). La reforma de la división provincial en la meseta meridional (1800-1850). Estudios Geográficos, vol. 58, núm. 228, pp. 355-376. Disponible en: http://estudiosgeograficos.revistas.csic.es/index.php/estudiosgeograficos/article/download/636/679

López de los Mozos, J. M., Ranz Yubero, J. A. (2015). La toponimia de Guadalajara: estado de la cuestión. Revista de Folklore, 401, 4-16. http://www.cervantesvirtual.com/descargaPdf/num-401-2015-783217/

López de los Mozos, J. M., Ranz Yubero, J. A. (1999). Toponimia y arqueología: yacimientos arqueológicos de Guadalajara y su denominación. Caja de Guadalajara.

Ranz Yubero, J. A. (1996). Toponimia mayor de Guadalajara. Institución Provincial de cultura «Marqués de Santillana».

Steiger, Arnald (1991). Contribución a la fonética del hispano-árabe y de los arabismos en el ibero-románico y el siciliano. Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Zanón, Jesús (1986). Un itinerario de Córdoba a Zaragoza en el siglo X. Al-qantara: Revista de estudios árabes, 7(1), 31-52. Disponible en: https://digital.csic.es/handle/10261/26603

MTN25. Normas de edición. 1:25000. Subdirección Geográfica de Cartografía, Instituto Geográfico Nacional, Versión 1.3, 20/04/2014. Disponible en: http://www.ign.es/web/resources/docs/IGNCnig/NORMAS_EDICION_MTN25_V1.3_20140420.pdf