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01/2025
Miguel López Gordo
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Entre los años 1121 y 1124 finaliza la conquista de los últimos territorios ocupados por musulmanes de los valles del Jalón y el Mesa (Pérez Fuertes, 1990)269, iniciada por Alfonso I de Aragón en Calatayud. El territorio molinés se dio por recuperado con la toma de Molina a finales de 1128 y pasó, durante los años treinta, de ser una conquista aragonesa a un señorío castellano independiente. De este modo, el señorío de Molina quedó en poder del conde Manrique de Lara (1118 – 1164), noble de la corte de Alfonso VII de Castilla, quien procederá a la repoblación del territorio mediante el Fuero (1140 – 1152) que él mismo concedería. Otros caballeros pertenecientes a importantes familias acompañaron a Manrique de Lara en la empresa: Pedro de la Cueva, Pedro Pardo, Pedro Cuéllar, Alvar Ruiz de Todosantos, Gonzalo Pérez de Siones y, entre estos un Funes, Gonzalo de Funes (Cortés Ruiz, 2003)267.
Debió de ser en ese momento cuando surgió la villa de Villel en el emplazamiento actual, bajo una edificación defensiva ―situada en un espolón rocoso― de posible origen musulmán. El valle del río Mesa supuso uno de los principales lugares donde se distribuyó el grueso del colectivo repoblacional por sus favorables condiciones climáticas y la existencia de tierras fértiles. El Fuero de Molina cita como frontera septentrional del señorío de Molina las poblaciones de Sisamón, Jaraba, Cimballa y Cubel; empero, en la relación de lugares pertenecientes al Fuero no enumera las poblaciones de Algar, Villel y Mochales ―en el corazón del valle del Mesa―, que quedarían dentro de los límites descritos previamente. Y es que Villel y las vecinas Algar y Mochales, junto a sus fortalezas y el castillo de Mesa como cabeza, conformaban el señorío de Mesa. Posteriormente, entre los años 1227 y 1238, se incorporó al señorío de Molina los dominios del castillo de Mesa, que hasta entonces había pertenecido a la Tierra de Medinaceli (Estepa Díez, 2006)270. Y un poco más tarde, a finales del siglo XIII, se fundaría el señorío de Villel.
Sancho IV de Castilla (1258-1284) quería impedir que Blanca Alfonso de Lara, V señora de Molina y Mesa ―y hermana de su mujer, la reina María de Molina―, casara a su hija Isabel con Alfonso III de Aragón; y de este modo, evitar que el señorío de Molina pasara a la corona aragonesa. Como medida de presión, el rey tuvo retenida a Blanca en la ciudad de León y en el alcázar de Segovia. Y surtió efecto, porque finalmente Blanca entregó su hija Isabel al monarca castellano en Sigüenza en el año 1287 (Sánchez de Mora, n.d.); y ambas mujeres fueron trasladadas a Molina de Aragón. Para que permaneciera la voluntad de Sancho IV e impedir un matrimonio inapropiado para los intereses de la Corona, los monarcas encargaron a Garci Gil de Quiñones ―hijo de Garci Vigil de Quiñones, capitán leonés de los reales ejércitos― la tarea controlar y vigilar a la señora de Molina hasta que esta falleciera. Así mismo, también ordenaron que la madre y la mujer de Garci Gil «estén en compañía de doña Isabel, para estorbar, y guardar que la dicha doña Isabel no case fuera de nuestra voluntad» *. La dicha mujer de Garci Gil de Quiñones, no era otra que una hija del señor de Villel llamada María de Funes.
Esta mención documentada que se hace a María de Funes y su padre, el señor de Villel, y que registra el historiador molinés Sánchez Portocarrero en el siglo xvii, es la referencia más antigua que se tiene de la existencia del señorío de Villel. Además, Perruca Díaz (1891)222 concreta y afirma ―eso, sí, sin aportar ninguna fuente― que fue Sancho IV quien otorgó privilegios para la fundación del señorío. Teniendo esto en cuenta, se puede afirmar que en 1287 el señorío ya estaba conformado y que, según Peruca Díaz, el señorío se erigió por privilegios de Sancho IV de Castilla, por tanto a partir del 30 de abril de 1284, fecha de su coronación. Sin embargo, como se tratará más adelante, el origen castellano ―o aragonés, en contraposición― del señorío de Villel se torna incierto.
Posiblemente, este señor de Villel al que se hace referencia, padre de María de Funes, fuera Ruy González de Funes; el mismo que se cita en los Anales de la Corona de Aragón, del cronista del reino de Aragón Jerónimo Zurita (1610)32, cuando escribe sobre cómo en noviembre del año de 1299, Aragón y Castilla establecen una tregua en la frontera entre Daroca ―reino de Aragón― y Molina de Aragón ―reino de Castilla―:
«Estaba por capitán general de la frontera de Daroca contra Molina don Juan Jiménez de Urrea; y en Molina tenían cargo de aquella frontera por el rey de Castilla, Rodrigo Ruiz Carrillo y Alonso Ruy, su hermano. Y estaba repartida su gente en Molina, Zafra, Fuentelsaz y Focentero. Y confirmaron la tregua por sus fronteras hasta San Miguel de setiembre y de allí a dos años. Y con esto se despidió la gente de guerra que poco antes habían llevado de Aragón Ruiz [o Ruy] González de Funes señor de Villel y Gonzalo de Funes; señor de Algar» (ídem: v, cap. xxxviii).
Por tanto, el primer señor de Villel conocido es Ruy González de Funes, y probablemente quien diera inicio al señorío en torno 1285 y estableciera el comienzo del linaje de los Funes en Villel. Este nombre, aunque sin hacer referencia al señorío de Villel, ya aparece en varias ocasiones con anterioridad a 1285. Como se verá en el próximo epígrafe, se cita el nombre de Ruy González de Funes desde 1278 hasta 1318 en la literatura y documentación consultada.
El apellido Funes tiene un origen toponímico, y hace referencia a la ciudad navarra homónima situada en la merindad de Olite y a orillas del río Arga. Así se conoce a un caballero que salió, de aquellas tierras de señorío, a buscar fortuna en la lucha con los musulmanes que se establecieron en la península: Gonzalo de Funes. Como ya se ha visto, acompañó al conde Manrique de Lara en durante la conquista de Molina (Cortés Ruiz, 2003)267. La denominación de Funes se extendió por todas las regiones aledañas, tanto aragonesas como castellanas, y a finales del siglo xiii, en los años precedentes al nacimiento del señorío de Villel, aparece un Ruy González de Funes que probablemente fuera el primer señor de Villel.
En los primeros días del año 1278, Pedro III de Aragón regresaba del reino de Valencia, donde había estado defendiendo las fronteras con los musulmanes, para reforzar la frontera con Castilla en el valle del río Jalón: Bordalba, Monreal de Ariza, Ariza, Godojos y Somet; pues los hombres del infante Sancho, heredero de Alfonso X de Castilla estaban apostados en esta zona. Concretamente, se mandó a Ruy González de Funes, alcaide de Ariza, que fortificara el castillo y pusiera guarnición en él (Zurita, 1610: iv, cap. v)32. Esta instrucción se conserva en una carta de Pedro III el Grande datada en Ariza el 8 de enero de 1278, aunque el nombre del alcaide de Ariza viene escrito como Ramiro268.
Ese mismo año Ruy González de Funes toma los castillos Villel, Algar, Labros y Milmarcos (Marco Yagüe, 2017). La tensión bélica y las escaramuzas en la región eran casi una constante, incluso en periodos de tregua y acuerdos; así ocurría, por ejemplo, entre castillos fronterizos como el de Ariza y el de Monteagudo de las Vicarías (1282)268. Ese mismo año también se ordenó al alcaide de Ariza y otros oficiales de la frontera aragonesa no dar soporte a las huestes de Juan Núñez de Lara268, quien encabezaba la oposición al infante Sancho y también estaba enemistado con Pedro III de Aragón.
Unos años más tarde, en la primavera de 1285, Ruy González de Funes acudió a Tarazona junto a otros caballeros ante la llamada de Pedro III para la defensa de la frontera con Navarra. El rey Pedro se preparaba ante avance de las huestes de Felipe I, rey de Navarra por matrimonio con Juana I de Navarra. Tanto Felipe como su hermano Carlos de Valois, que eran hijos del rey de Francia, acompañaban a su padre en la toma del Rosellón, el Gironés y el Ampurdán. Su objetivo era hacerse militarmente con la Corona de Aragón que el papa Martín IV ya había adjudicado a Carlos como consecuencia de la actuación de Pedro III en el conflicto de Sicilia. Tres años después, y siendo rey de Aragón Alonso III, Ruy González de Funes se encontraba en el Ampurdán, junto a otros mesnaderos, en la batalla contra los hombres de Jaime II de Mallorca, quien también era beligerante de esta contienda al lado de Francia y Navarra. (Zurita, 1610: iv, cap. lviii y ic)32.
A finales de 1295, sigue apareciendo el nombre de Ruy González de Funes como hombre fuerte en el castillo de Ariza. En este caso, puesto por Jaime II de Aragón con el fin de guardar la frontera durante la entrega, en «un lugar en los confines de Aragón y Castilla entre Daroca y Molina», de Isabel de Castilla, la que había sido su mujer, a la reina de Castilla María de Molina ―madre de Isabel―; pues se anuló el matrimonio para casar nuevamente con Blanca de Anjou, hija del rey de Nápoles Carlos II (ídem: v, cap. xv).
Ruy González de Funes y Gonzalo de Funes siguieron alineados con Aragón, y guerreando en la frontera con Molina, Zafra y Fuentelsaz hasta el día de San Miguel de 1299, en el que se establece una nueva tregua entre Aragón y Castilla. En este momento, Zurita (ídem: v, cap. xxxviii) ya les cita como señores de Villel y Algar respectivamente.
Sánchez Martínez (2001)181 da noticia de un pasaje posterior con el mismo nombre de Ruy González de Funes. En marzo de 1318, Ruy González de Funes intercepta en el término de Villel a un mercader llamado Domingo Gómez, natural de Alconchel de Ariza. Provenía de Brihuega con tres musulmanes cautivos que había comprado a unos almogávares. Ruy confisca a Gómez todas sus pertenencias y le interroga acerca de los cautivos, a lo que Gómez responde que se habían adquirido de forma legal. Finalmente, el señor de Villel impuso el pago de una tasa por paso y procedió a la devolución de los cautivos musulmanes para que este prosiguiera su camino dirección a Daroca.
A mediados de este siglo xiv, , el señorío de Villel seguirá siendo un lugar protagonista en la frontera por periodos de enfrentamientos bélicos entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón, conocidos como la Guerra de los dos Pedros. Una disputa en la que se mezclan el enfrentamiento entre los dos reinos, la sucesión en Castilla e intereses internacionales. En los comienzos de 1357, las fuerzas castellanas realizaron una incursión en Aragón desde la frontera de Molina, obligando al Ceremonioso, a reforzar las líneas defensivas y concentrarse en los alrededores de Calatayud, así se ordenó que la población de Mochales y Villel se recogiera en la ciudad bilbilitana (Zurita, 1610: ix, cap. vii)32. Como consecuencia de esta acción bélica, el rey castellano tomó la ciudad de Tarazona y el castillo de Villel debió caer en manos de Pedro I; pues un año más tarde, tras romper un periodo de tregua auspiciado por el Papa Inocencio VI, Enrique conde de Trastámara ―hermanastro de Pedro I y aspirante al trono de Castilla―, su hermano Tello y el conde de Luna, tomaron para Aragón los castillos de Villel y Mesa en una campaña por las fronteras de Ariza y Daroca (ídem: ix, cap. vii).
Tras la derrota de Aragón en Nájera (1360), Pedro IV volvió a reestructurar las guarniciones fronterizas y en la primavera de ese mismo año asignó la plaza de Jaraba a un Funes: Gonzalo de Funes (Gutiérrez Velasco, 1963)19. Un año después se pacta la paz de Deza y Terrer y, según indica el mismo autor:
«el Ceremonioso tiene preparados los destinos para las fortalezas de Villel y otros castillos que ha de restituir al castellano, en virtud de los acuerdos de paz; Pedro IV piensa dar el gobierno de las fortalezas que le entregue el rey de Castilla, a los capitanes Rodrigo Gonzalo de Villel, Sancho Rodrigo, Rodrigo Gonzalo y Álvaro de Funes» .
En 1369 muere Pedro I a manos de su hermanastro Enrique con la ayuda de Bertrand du Guesclin, caballero bretón que se alistó a la causa enriquista y franco-aragonesa tras una derrota frente al duque de Bretaña ―Juan IV― en la batalla de Auray (1364). En agradecimiento, Enrique otorga a Bertrand el señorío de Molina bajo el título de ducado. Pero ante tal imposición, Molina solicitó y rindió vasallaje a Pedro IV hasta la Paz de Almazán en 1375 . Y así como hizo Molina, otros lugares solicitaron vasallaje al rey aragonés: Gonzalo Sánchez de Villel hizo lo propio, quien tenía el castillo de Algar (Zurita, 1610: x, cap. v)32.
Volviendo a los inicios del señorío de Villel, y expuestos los acontecimientos narrados por el cronista Zurita (1610)32 y los apuntes de Perruca Díaz (1891)222, se plantea una cuestión. Zurita escribe una subordinación y apoyo de Ruy González de Funes al reino de Aragón antes y después de las fechas en las que los documento que cita Sánchez Portocarrero (Cortés Ruiz, 2003)267 aparece la primera mención al señorío de Villel y en las que Perruca Díaz afirma que se creó el señorío de Villel por privilegios de Sancho IV, rey de Castilla.
Recapitulando lo visto, según lo apuntado por Portocarrero y Perruca, el señorío de Villel obtendría privilegios entre el 30 de octubre de 1284, fecha de ascenso al trono de Sancho IV de Castilla y 1287, primera mención documentada al señorío de Villel. Sin embargo, Ruy de Funes, que Zurita le cita como señor de Villel en 1299, es nombrado por este mismo autor haciendo la guerra en favor de Aragón antes y después: en 1278, como alcalde de Ariza y tomando el castillo de Villel; en 1285 defendiendo la frontera con Navarra; en 1288 defendiendo el Ampurdán frente a Jaime II de Mallorca; en 1295 al frente del castillo de Ariza; y en 1299, como señor de Villel, en tregua con Castilla. Por tanto, se hace curioso que Ruy González de Funes sirviera a Aragón entre 1278 y 1299, y obtuviera señorío por privilegios del rey castellano en torno a 1285. Sin duda, una cuestión que merece un estudio más profundo.
Ya no se tiene noticia del señorío de Villel hasta los albores del siglo xv. Para continuar la genealogía del señorío de Villel se debe acudir al armorial de los condes de Argillo 30 ―iniciado a principios del siglo xvi (Iranzo Muñío, 2004), o finales del xv, y completado a lo largo de la centuria― ya que es el primer manuscrito que aporta información intergeneracional sobre los señores de Villel en el siglo xv. Este armorial es interesante, no solo por la antigüedad sino porque su autoría desconocida está próxima al entorno familiar ―eso sí, político― de los señores de Villel, como se verá más adelante. El apelativo de los condes de Argillo hace referencia a que el armorial se encontraba en el archivo de esta familia cuando lo adquirió la Diputación General de Aragón. Aunque en el armorial no consta el autor, coincido con Iranzo Muñío en que debió de ser un miembro de la familia Díez de Aux.
La última parte del armorial está formada por una descripción posterior de la genealogía del apellido Díez de Aux, en cuya redacción aparecen referencias personales al autor de dichas líneas:
«El otro Luis Díez de Aux, abuelo mío, casó con doña Violante Funes de Heredia, abuela mía señora de Sisamón y Calmarza; y hubo dos hijos varones y tres hijas. El mayor fue mi tío Juan Díez Fernández de Heredia, señor de Sisamón. El segundo fue Luis Díez de Aux, mi padre.»30.
Por tanto, el padre de quien escribió dichas líneas fue nieto de Juan de Funes Sarmiento, señor de Villel y padre de la supradicha Violante Funes de Heredia. Así que si se mantiene la tesis de que el autor fue un ascendiente de este Díez de Aux, es posible que fuera el propio yerno de Juan de Funes Sarmiento (s. xv) o alguien muy próximo a esta generación.
Una vez citada esta relación, cabe apuntar que el contenido del armorial relativo al señorío de Villel se limita a un árbol genealógico ilustrado de los Funes, señores de Villel y dos escudos heráldicos esbozados con las armas de los Funes y los condes de Medinaceli, por el matrimonio entre Juan de Funes y Leonor Sarmiento de la Cerda. La genealogía muestra tres generaciones en el señorío de Villel durante el siglo xv: se inicia con Juan de Funes y Leonor de la Cerda, hija de los condes de Medinaceli, y termina con Juan de Funes y Mendoza. Otra colección documental imprescindible para el estudio de la genealogía del señorío de Villel y los inicios del posterior marquesado de Villel es el legado del historiador y genealogista vallisoletano Luis de Salazar y Castro (1658―1734), reconocido como «el príncipe de los autores genealógicos» (Salazar y Acha, n.d.).
Antes de proseguir, hay que señalar que existió otro Juan de Funes ―Juan Sánchez de Funes―anterior que falleció en el año 1357 en la localidad de Ibdes, a pocos kilómetros de Villel siguiendo el curso del río Mesa, y enterrado en el monasterio de Santa María de Piedra. En el testamento de este Juan de Funes272 aparece un hermano llamado Ruy Sánchez; y otra persona llamada Gonzalvo de Funes. Aunque no se hace ninguna referencia al señorío de Villel, la onomástica que aparece sí está ligada al linaje de los Funes en Villel.
Desde Gonzalo de Funes, aquel caballero que navarro que fue a guerrear junto al conde Manrique de Lara, el apellido Funes se extendió por el valle del Mesa y el Jalón hasta Calatayud en el reino de Aragón (Jaraba, Ibdes, Bubierca, Munébrega, Paracuellos de Jiloca y Calatayud) y en menor medida por tierras castellanas. Cabe destacar la figura de un Juan de Funes que fue doctor en leyes, vicecanciller del rey Alfonso v de Aragón y I barón de Quinto en 1431 (Nicolás-Minué Sánchez, 2008), de la que no se conoce una conexión directa con el linaje de los Funes en el señorío de Villel.
Al menos durante los siglos xv y xvi, el nombre de Juan ha estado ligado a los señores de Villel ininterrumpidamente lo que dificulta el seguimiento genealógico y la concreción entre los diferentes Juan de Funes que aparecen en la documentación y ostentaron el señorío. El motivo habitual para asignar el nombre de pila, hasta tiempos recientes, ha sido la transmisión hereditaria; cada familia contaba con un repertorio onomástico basado en los ascendientes (Salazar y Acha, 2006). En este caso el nombre de Juan se adoptó para el primogénito varón durante varias generaciones seguidas. Con el fin de asegurar una exposición clara y evitar confusiones entre unos y otros Juan de Funes, se les ha añadido el apellido materno escrito en letra cursiva: Juan de Funes y Mendaña, aunque en la época no fueran nombrados y reconocidos en esa forma.
En el caso que nos ocupa, hay que añadir que esta costumbre de mantener el mismo nombre de pila y apellido en el sucesor del mayorazgo, que se generaliza a partir del siglo xiv, estaba muy arraigada en la Corona de Aragón, es más, si «el presunto heredero moría en la juventud, su hermano menor tomada su nombre» (Salazar y Acha, 2006). Este extremo se verá más adelante, cuando Juan de Funes, hijo de Juan Sánchez de Funes y Leonor Sarmiento, tiene un varón llamado Junan de su primer matrimonio que no tiene descendencia ―debió de morir joven― y concede el mismo nombre al primer varón de su segundo matrimonio. Debió de ocurrir lo mismo con el primogénito varón de Juan Sánchez de Funes: este hijo fue desheredado y, a pesar de que se desconoce su nombre, debió de llamarse Juan.
El nombre de Juan en esta saga familiar posiblemente tenga origen en la devoción a Juan el Bautista. En primer lugar, hay que tener en cuenta que el primer Juan de Funes del que se tiene noticia, aunque no se ha encontrado la conexión con el señorío de Villel, falleció en Ibdes en 1357, a pocos kilómetros de Villel de Mesa ―como ya se ha visto―; es probable que residiera allí una rama descendiente de los primeros Funes. Además, la Orden de San Juan de Jerusalén estuvo presente en Ibdes entre los siglos xii y xiv, lugar en el que erigieron la fortaleza y una iglesia-convento en honor a San Juan Bautista (s. xii), ya desaparecida, pero nombrada por Madoz en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar.
La transmisión hereditaria de la onomástica seguirá viéndose en la genealogía del señorío y el marquesado de Villel. Y con la inclusión de nuevos linajes, el repertorio de nombres para herederos y no herederos irá creciendo: Constanza, Beatriz, Violante, Martina, Bernardino o Francisco de Borja, son algunos ejemplos.
Este primer Juan de Funes ―documentado― casó con Constanza Bravo de Lagunas, hija de Hernán Bravo de Lagunas y de Catalina Rodríguez de San Clemente273274. Hernán el Viejo fue señor y regidor de Almenar ―Almenar de Soria―; Cruz y Morande (n.d) le hace embajador de Juan II de Castilla en Portugal, procurador ante las Cortes de Soria y señor de la Torre de La Pica ―ubicada al norte de Almenar de Soria―. El Viejo fue hermano de Lope Garci Bravo de Lagunas, alcaide de Atienza, de cuya rama descienden el comunero Juan Bravo (1484-121) y la humanista, y quizá también catedrática de Gramática en la Universidad de Salamanca (Álvarez García, 2018), Luisa de Medrano (1484-1527)274+.
Juan de Funes y Constanza Bravo de Lagunas debieron de nacer a finales del siglo xiv y fueron padres de otro Juan de Funes, que siguió con el señorío. Algún otro vástago se estableció en Atienza, villa donde estaban establecidos los Bravo de Lagunas, que como se verá más adelante, surgió pleito entre los descendientes de Atienza y la Casa de Villel.
Hijo del anterior matrimonio debió de ser este Juan de Funes, que vivió en el siglo xv. El mismo que inicia el árbol genealógico de los «Funes de Villel» que aparece en el Armorial de los condes de Argillo, descrito como señor de Villel, de Algar y del castillo de Mesa 30 ; y el mismo que Zurita (1610)32 denomina Juan Sánchez de Funes. Estableció un buen matrimonio, pues casó con Leonor Sarmiento de la Cerda. Esta era hija de Luis de la Cerda y Mendoza, III conde de Medinaceli y su primera mujer, Juana Sarmiento, III señora de Enciso; ambos enterrados en el monasterio de Santa María de Huerta (Soria). De la unión entre Juan de Funes y Leonor Sarmiento nacieron dos hijos:
Fuera del matrimonio, Juan Sánchez de Funes tuvo dos hijos varones, Fernando y Luis, y dos hijas que casaron en Molina y Medinaceli, respectivamente.
Esta relación con el condado de Medinaceli iba más allá de la matrimonial. Si durante el siglo xiv, el señorío de Villel se mantuvo leal al reino de Aragón, a mediados del siglo xv Juan Sánchez de Funes daba servicio al condado de Medinaceli. Mientras que Juan II de Castilla se enfrentaba a Navarra y Aragón por la causa del príncipe de Viana, hijo de Juan II de Navarra, Gastón de la Cerda Sarmiento (1414-1454), IV conde de Medinaceli, Capitán General de la Frontera de Castilla ―además de fiel aliado del rey castellano― y hermano de Leonor, protagonizó varias incursiones en territorio aragonés con el añadido de venganza personal sobre Juan II de Navarra, quien le tuvo preso dos años tras la derrota en Gomara. En uno de estos ataques a la frontera aragonesa, durante el inicio de la primavera de 1452, el conde tomó las plazas de Villarroya ―Villaroya de la Sierra― y Villalengua, situadas en las proximidades a Calatayud; y dejó de capitanes en Villarroya a tres caballeros: Diego López de Medrano, señor de Cabañuelas, a Juan de Torres , señor de la Torre de Marín González ―castillo de la Raya―, y a su hermano político Juan Sánchez de Funes, señor de Villel (Zurita, 1610: xvi, cap. i)32.
Como consecuencia de las acciones de Gastón, el condado de Medinaceli sufrió un extenso y devastador azote por parte de Juan II de Navarra (Pérez Arribas, 2010), que a la vez era lugarteniente del reino de Aragón por nombramiento de su hermano Alfonso V de Aragón, quien se encontraba en tierras napolitanas. Y el señorío de Villel también se llevó su parte como narra Zurita (1610)32 en sus Anales. En el mes de julio, Juan Fernández de Heredia, gobernador de Aragón, Pedro de Urrea y Pedro de Barjalí sitiaron el castillo de Villel (ídem: xvi, cap. iv). A pesar de que el castillo se asienta sobre roca, debió de contar con un buen aljibe; pues tardó varios días en caer desde que los enemigos de Juan Sánchez de Funes pensaron que ya no contaban con agua (ídem: xvi, cap. vi). Finalmente, el señor de Villel se vio obligado a rendirse. De este modo, el castillo quedó a cargo de Pedro Urrea y en manos de Aragón. Pero la pérdida del castillo no fue la única contrapartida, ya que un hijo del señor de Villel fue apresado junto a dos primos del conde en el término de Villarroya (ídem: xvi, cap. iv).
En el siguiente año, la reina de Aragón ―María, infanta de Catilla― promovió que se alcanzara la paz entre el rey navarro y su hijo Carlos y con el rey de Castilla. Entre los términos que se negociaron, el Justicia de Aragón aconsejaba que se debían restituir los castillos del conde de Medinaceli, el castillo de Villel y el de Embid (ídem: xvi, cap. xi); sin embargo, «los estados del reino pretendían que [el castillo de Villel] debía quedar fuera de la obligación de los otros castillos que se habían de restituir» (ídem: xvi, cap. xiv). Se alegaba que siempre se había tenido en el reino de Aragón y que sus señores habían «gozado de las libertades y leyes de ese reino y contribuido en los cargos de él»; y se pedía, entonces, quedara en poder de la reina María durante el año de sobreseimiento y que fueran satisfechos los gastos que supuso la defensa y las reparaciones llevadas a cabo por Juan de Heredia y Pedro de Urrea (ídem: xvi, cap. xiv). Finalmente, así se pactó: la reina de Aragón tomaría en tercería el castillo de Villlel durante el año de sobreseimiento y una vez acabado este, «mandase entregar sin condición alguna […] el lugar y fortaleza de Víllel al caballero cuyos eran» (ídem: xvi, cap. xxiv). De este modo, en 1454, el castillo de Villel volvió a estar bajo el mando de Juan Sánchez de Funes (ídem: xvi, cap. xxix).
Por tanto Juan Sánchez de Funes fue coetáneo del IV conde de Medinaceli, Gastón de la Cerda. Pero teniendo en cuenta la fecha de matrimonio entre el III conde de Medinaceli y Juana Sarmiento, celebrado en 1417, y el nacimiento de su hijo Gastón (1414-1454), se puede estimar que Leonor Sarmiento pudo nacer en torno a 1420 y casar con Juan Sánchez de Funes entre 1435 y 1440.
Continuó Juan de Funes, hijo del anterior Juan Sánchez de Funes y de Leonor Sarmiento y de la Cerda, señores de Villel y Algar. Se casó en dos ocasiones51. La primera mujer fue Isabel de Heredia, señora de Sisamón y Calmarza. Esta era hija de Juan de Heredia y Violante; también era bisnieta del II conde de Medinaceli, al igual que Juan de Funes y Sarmiento, que además era nieto de Luis de la Cerda y Mendoza, III conde de Medinaceli. Tuvieron al menos dos descendientes:
Fuera del matrimonio hubo otro varón, también sin descendencia conocida.
En segundas nupcias casó con Inés de Mendoza, de la cual no se ha localizado documentación sobre su ascendencia. Del matrimonio nacieron dos hijos y dos hijas.
Heredó el señorío Juan de Funes, hijo del anterior Juan de Funes con su segunda esposa, Inés de Mendoza. En este punto existe una brecha en la relación intergeneracional de los señores de Villel, pues, por un lado, el Armorial de los condes de Argillo termina en este Juan de Funes y Mendoza; y por otro, Salazar y Castro describe de forma aislada los matrimonio de este. Por tanto, es necesario reunir todas las apariciones documentales de los señores de Villel en el periodo entre este Juan de Funes hasta el otro Juan de Funes que casará con María Mendaña, y del cual ya hay información genealógica; y con todo ello elaborar una hipótesis de trabajo. En este periodo de tiempo ―se estima que Juan de Funes y Mendoza, hijo de un segundo matrimonio, naciera en torno a al año de 1475, y el Juan de Funes que casó con María Mendaña en torno a 1515―, es factible que hubiera una generación de por medio, que nacería en torno a 1495.
Por un lado, Diego del Castillo de Villasante, en Las leyes de Toro glosadas, ejemplifica la ley lxiv ―sobre el plazo para ciertas alegaciones de deudores― con un caso que tiene como protagonista a un adolescente Juan de Funes, señor de Villel y su madre Beatriz de Andrade:
«Nobilis quidam nomine loanes de funes cum effet in 15.anno conftitutus, habebat in fuo maiora tu quádam villam nuncupatam de Villel cum fortalitio, territorio, & iurifdition em ciuilem, & criminalem, merum & mixtum imperium cum alijs villis adiacentibus ipfius militis. Vaffalli eiufdem conqusfti fant in regali confilio chriftianifimi Caroli quinti Imperatoris ac regis Hifpaniae dicentes cp dictus nobilis & ipfius mater nomine doña Beatrix de Andrade curatrix ipfius, nobilifima domina, certa ab eis exigebat numifmata, & contra fuum velle hofpites recipere compellebat, & parno falario illos itinerare faciebat» (Castillo de Villasante, 1553) 276.
En este caso, Castillo de Villasante no hace referencias temporales, salvo que, lógicamente, fue anterior a la publicación de la obra. Sin embargo, hay otro documento en el que consta esta misma relación filial y se concreta la fecha en la que vivieron los dichos Juan de Funes y Beatriz de Andrade, su madre y curadora. Se trata de una carta de ejecución, fechada en 1561, que trata un pleito anterior del año 1533, que interpuso el concejo de Villel contra Juan de Funes por una deuda derivada del impago de varias propiedades277. Probablemente se trate del mismo asunto que utiliza Del Castillo para ilustrar la Ley lxiv de las Leyes de Toro.
Por último, en una carta ejecutoria (litterae executoriae) emitida por la Cancillería pontificia de Clemente vii fechada en 1530 se resuelve un pleito entre Hernando de Funes, que habita en Atienza, por un lado, y Juan de Funes y su madre Brianda, por otro278. En este caso la fecha corresponde con la carta de ejecución mencionada en el párrafo anterior; y el nombre de Brianda no aparece en el propio texto de la litterae executoriae, si no en una nota posterior en el reverso. Dada esta circunstancia, se puede pensar que pudiera darse una confusión entre los nombres de Beatriz y Brianda.
Con todo esto planteado, este Juan de Funes y Mendoza debió de ser el que casó con Beatriz de Andrade. Esta era hija de Juan de Andrade y María Alonso, señores de Moranchel y Sotillo, y nieta por vía paterna de Gil de Andrade y Beatriz Torres, una rama de los Andrade establecida en Medinaceli275279. Juan de Funes y Beatriz de Andrade tuvieron un hijo sucesor llamado Juan de Funes; y también pudo ser hija de este matrimonio Constanza de Funes, viuda de Pablo de Salazar. Constanza falleció en Calatayud el 24 de mayo de septiembre de 1563 y otorgó testamento en Villel ante Diego de Marquina el 16 y 19 de octubre de 1560. Fue enterrada en la capilla mayor de la iglesia de Villel; y al menos, tuvo una hija llamada Beatriz281.
La relación entre los Funes de Villel y Medinaceli seguía vigente, pues Juan de Funes ejerció como asistente del primer duque, Luis de la Cerda. Así aparece en una escritura de cesión y donación que el duque hizo a sus hijos, expedida en Guadalajara el 10 de diciembre de 1499, donde se señala como testigo a un Juan de Funes con el oficio de maestresala del duque (Paz y Meliá, 1922) 280.
Hijo del anterior Juan de Funes y Beatriz de Andrade. Casó con María de Mendaña y dejaron una amplia descendencia 282:
Juan de Funes debió enfermar gravemente y se vio obligado a testar el 22 de abril de 1564 ante el escribano de Villel, Diego de Marquina. El peor de los desenlaces sucedió tan solo unos pocos días después: el señor de Villel falleció el día 29 de ese mismo mes. Fue enterrado en la capilla mayor de la iglesia de Villel de Mesa, y dejó por albaceas y ejecutores a su mujer y a su hijo mayor, Juan 282. María de Mendaña vivió casi una década más, testó en Villel el día 10 de septiembre de 1572 ante Juan Bautista del Castillo 282. Murió en Villel el 31 de mayo de 1573 y fue enterrada en el altar mayor de la iglesia de Villel; dejó como ejecutores de su testamento a su nieto Juan de Funes y a su yerno 288.
Hijo de Juan de Funes y María de Mendaña, natural de Villel de Mesa y bautizado el 12 de abril de 1539 289. Casó con Juana de Castilla y Castro 49 y fue descendencia:
Este Juan de Funes, hijo de Juan de Funes con Juana Castilla y Castro, debió tener una vida breve ―probablemente antes de cumplir los treinta―. En ese tiempo casó con María de Ribas el 9 de enero de 1577 290. Los Ribas era una notable familia en Villel, pero enlazar directamente con el señorío de la Villa supondría aumentar el prestigio. De este modo, no dudaron en aportar una dote de 8000 ducados para que se llevara a cabo el matrimonio. Sin embargo, el matrimonio no debió de terminar feliz. Apenas cinco años después, Juan de Funes mantendrá un litigio con su suegra, Luisa Muñoz de Larrea, sobre la obligación de devolver a esta, la dote que recibió por el matrimonio con su hija María 291. En su breve partida de defunción, fechada el 31 de octubre de 1584, indica que murió sin hacer testamento y no hace referencia alguna a María de Ribas.
El apellido Funes se mantuvo en el señorío de Villel hasta finales del siglo xvi, siendo Martina de Funes, hija de Juan de Funes y María de Mendaña, la última cabeza del señorío con dicho apellido. Con el matrimonio entre Martina de Funes y Pedro Morales de Andrade, los sucesores comenzarán a llevar el apellido Andrade, de origen gallego y muy extendido por tierras de Soria y Guadalajara; si bien, anteriormente y como se ha visto, una Beatriz de Andrade fue esposa de un Juan de Funes.
Hija de Juan de Funes con Juana de Castilla y Castro49. Continuó con el mayorazgo por la muerte sin descendencia de su hermano Juan de Funes. Casó con Pedro Morales de Andrade, natural de Medinaceli, hijo de Diego de Andrade y Francisca de Morales , linajes establecidos en Soria 49. Tuvieron, al menos dos hijos:
El matrimonio comenzó residiendo en Medinaceli, la villa natal de Pedro Morales293. Sin embargo, terminaron residiendo en Villel, es de suponer que la gestión del señorío se llevaba de manera más eficiente y cómoda desde el propio Villel. Pedro Morales de Andrade testó en Villel ante el escribano Juan de Ribas; lo hizo en favor de su mujer y designó como herederos a sus legítimos hijos Juan Gregorio y Diego de Andrade (Dávila Jalón, 1967)45. Falleció en Villel el 24 de junio de 1603 294.
Señor de Villel y de Algar. Casó con una sobrina segunda llamada María Pedroso y Manso49, teniendo ambos en común al abuelo de Diego Andrade y Funes, que también tenía por nombre Diego Andrade. María de Pedroso era hija de Francisca Manso y Andrade y de Bernabé de Pedroso48, proveedor general de las Armadas del Mar Océano, embarcado en el galeón São Martinho, buque insignia de la Armada Invencible.
Fue descendencia del matrimonio:
María de Pedroso dejó constancia de sus inquietudes literarias al participar en la justa poética celebrada en 1617 en Calatayud. Cantó las grandezas del rey Felipe III y sus heroicas y ejemplares virtudes en veinte tercetos esdrújulos. Además, todo el certamen quedó publicado en una obra impresa en el año 1619 por iniciativa de su organizador, Sancho Zapata.
En la década siguiente, el señorío se encontraba en una situación económica que le indujo a solicitar varios censos a favor del monasterio de Buenafuente del Sistal ―en el término de Olmeda de Cobeta― e incluso a hipotecar el propio castillo de Villel (Villar Romero, 1994) 33. Las autoras enumera los detalles de todos ellos: previo a un crédito compartido con los señores de Mochales, Íñigo López de Mendoza e Inés de Andrade y Funes ―hermana de Diego―, por un valor de 544 000 maravedís de principal y un rédito de 27 200 maravedís; en 1623 solicitan un censo por un valor de 800 reales de principal y 1370 maravedís de rédito; y en 1625 solicitan dos más: uno con de 300 ducados de principal y 165 reales de rédito y otro de 1100 reales de principal y 55 reales de rédito.
Esta situación hace pensar que los gastos a los que tenían que hacer frente el señorío se dispararon. Por una parte, tendrían que hacer frente al pago de la edificación de su nueva residencia en Villel, el actual palacio conocido como «de los marques de Villel», a los pies del castillo. Y, por otro lado, su hija Martina de Andrade estaba en edad de encontrar marido y, por tanto, desembolsar la correspondiente dote.
Diego de Andrade y Funes, y María de Pedroso, no tuvieron una vida muy longeva. María falleció el 2 de mayo de 1632, siendo ya viuda de Diego. (Villar Romero, 1994) 33. Sucederá en el título Bernabé Andrade, hermano de Diego.
Señor de Villel y Algar. Nació en Villel y fue bautizado el 30 de junio de 1611, hijo de Diego de Andrade y Funes con María de Pedroso 296. Con 17 años ingresa como colegial porcionista, sin beca para alojamiento y manutención, en el Colegio Mayor de San Ildefonso de Alcalá de Henares [2], donde se licencia en cánones (Gutiérrez Torrecilla, 1992) 176. Alcanza los cargos de Oidor de la Chancillería de Granada (1640) y Valladolid, Procurador de Cortes (1655) (Dávila Jalón, 1967), Alcalde de Casa y Corte y Consejero del Real Consejo de Órdenes; además de Caballero de Alcántara desde 1641 297.
Se casó en dos ocasiones. La primera esposa fue María Luisa Carnero de Zárate (Malcom, 2017) 298, una de las hijas de Antonio Carnero Trognerde y Ana María de Zárate. Antonio Carnero fue secretario del conde-duque de Olivares, caballero de la Orden de Santiago y secretario de la Cámara de Castilla. Sirva como anécdota el paso de Antonio por Molina de Aragón, que como narra Güell Junkert (n.d.) resultaba «herido levemente por una bala perdida, cuando en Molina de Aragón Felipe iv pasaba revista a sus tropas y Carnero acompañaba al conde-duque dentro del coche del marqués de Salinas».
Se casa en segundas nupcias con Teresa de Alarcón y Garnica 299. Teresa era hija de Gabriel de Alarcón y Ocaña (1583-1649), segundo señor de Pozuelo de Alarcón, Caballero de la Orden de Santiago, Regidor de Madrid y secretario del Consejo Real de Indias, y su mujer Mariana de Garnica y Haro (Morón y Otero, 2016). Bernabé falleció sin descendencia antes de 1661, año en el que Teresa de Alarcón vuelve a contraer matrimonio, en este caso con Diego de Herrera (Álvarez Baena, 1789).
Por la muerte de Bernabé, continuó su hermana Martina como señora de Villel, quien había enlazado con una de las familias de la nobleza molinesa: los González de la Cámara. Eran parroquianos de Santa María del Conde, lugar donde se adscribía la nobleza molinesa: Torremilano, Velázquez, Villalpando, Montesoro, Villanueba o los Malo de Molina. Esta última familia se emparentó por partida doble con sendos descendientes de Martina de Andrade y Funes. Perruca Díaz (1891) 222 cita la famosa frase de Isabel I «más valen Malos de Molina que buenos de Medina». Los González de la Cámara contaban con una casona palaciega en Molina de Aragón, junto a la antigua iglesia de San Miguel y a orillas del río Gallo.
Señora de Villel y Algar. Nació en Villel el 16 de noviembre de 1605 300, hija de Diego de Andrade y Funes y María de Pedroso. A los 16 años casó con Juan González de la Cámara y Garcés de Marcilla; el matrimonio se pactó con una dote de 6000 ducados de principal y una renta anual de 300 ducados; la donación está fechada el 1de abril de 1622 ante el escribano de Villel, Juan Bautista Hurtado (Villar Romero, 1994). El enlace se celebró el domingo 8 de abril de 1622 en la iglesia de Villel 301.
Juan González de la Cámara y Garcés de Marcilla, fue vecino y natural de Molina de Aragón, caballero de Santiago desde 1625 y familiar del Santo Oficio de la Inquisición. Hijo de Juan González de la Cámara y Ana Garcés de Marcilla, hermana del conde de Priego 48. Desde el matrimonio entre Martina y Juan, la relación entre ambas familias aparece en varios actos sacramentales, donde diferentes miembros de la Casa de Villel aparecen como padrinos y testigos en la descendencia del capitán Miguel González de la Cámara con Florentina Manrique.
La descendencia de estos señores de Villel fue la siguiente:
Martina tuvo una vida longeva, pues aún vivía en el año 1688 (Dávila Jalón)45, en el que contaba con 83 años de edad. Su hijo Blas heredará el mayorazgo y se convertirá en el primer marqués de Villel.
A continuación se muestra la genealogía del señorío de Villel. Comienza con Ruy González de Funes, posiblemente el primer señor de Villel (finales del siglo XIII). Continúa la línea hasta un Juan de Funes, ya en en los albores del siglo XV. Posible hijo de este último fue Juan Sánchez de Funes, desde el cuál se sigue la línea sucesoria del mayorazgo hasta Blas González de la Cámara y Andrade, primer marqués de Villel.